El Gobierno ruso ha decidido cerrar el Centro Sájarov, considerado un punto de libre pensamiento, un refugio para los opositores a Putin, defensores de los derechos humanos y detractores de la campaña militar en Ucrania. Además, sus dos edificios albergan una biblioteca y dos exhibiciones permanentes, una sobre la vida de Sájarov y otra sobre la historia del movimiento de disidencia en la Unión Soviética.